La Mercancía Como
sabemos son Bienes producidos con el fin de satisfacer las necesidades de
personas ajenas a la producción directa e intercambiarlos por otros productos que
poseen igual valor de cambio. Entendemos como Fetichismo, la Admiración,
devoción hacia un objeto o persona, tomándola como algo divino y mágico, siendo
esta algo muy distinto.
¿Como se nos
presenta el fetichismo de la mercancía?
Karl max en su
libro el capital, nos muestra el fetichismo de la mercancía nace en la
producción capitalista, donde la propiedad privada toma fuerza y las relaciones
de producción se desarrollan. Nos muestra que las relaciones sociales no son
mas entre hombres, si no entre las cosas producida, estas relaciones sociales
entre cosas se forman en el mercado donde ambas son intercambiadas. El trabajo
mismo, siendo desgaste físico y mental es tomado como una mercancía más, verdad
que los grandes capitalistas tienen el descaro de negar.
El fetichismo de
la mercancía, donde un objeto pierde su valor, como producto de trabajo y solo
es tomado en cuenta por su valor de huso, considerando la propia mercancía como
algo divino, por el simple hecho de satisfacer nuestras necesidades; pero se
nos olvida que la gran utilidad de esa mercancía fue dada por el hombre mismo,
quien la modificó, sacrificando tiempo de vida, fuerza, cerebro y todo su
potencial para dar vida a dicho producto.
Los productores
crean mercancía sin estar completamente seguros si será aceptada por la
sociedad consumidora que se pierde en la magia del producto, se ban
convirtiendo en esclavos de la mercancía, dominados por el mercado y su paraíso
perfecto, donde la satisfacción más grande es obtener lo que la mercancía nos
regala (belleza, riqueza, fama etc.)
En el momento de
convertir al hombre mismo en mercancía (su fuerza de trabajo) sedemos el
control al mercado y es aquí donde inician las injusticias laborales, donde el
trabajador ya no gana por el esfuerzo y cantidad de tiempo al momento de
producir, si no por acuerdos establecidos por personas ajenas a la producción
directa, dejándose llevar por la codicia y el deseo de riqueza mediante el
trabajo ajeno, tratando a los empleados como mercancías de poco valor.
El secreto del
fetichismo de la mercancía consiste considerar a la misma mercancía como algo
ajeno a su productor, como un objeto que tiene sentido por si solo, dejando
fuera un aspecto realmente importante como lo son las relaciones de producción
que dan vida a la mercancía, y su valor mismo debe estar ligado a estas
relaciones.
Al momento de
considerar el trabajo de una persona como una simple mercancía, se olvida que
por medio de esa fuerza de trabajo una cosa simple logra transformarse en
mercancía y adquiere valor de uso al momento en que es intercambiada, entonces
no hay justificación a los pagos bajos por trabajos realmente duros, donde los
obreros pagan con sudor el despilfarro de los hombres dueños de los medios de
producción. El valor de crear, transforma y brindarle “magia” a los productos
mediante el proceso de producción, los trabajadores no solo nos brindan
mercancía sino también una pequeña parte de su vida, y debe ser recompensada
como tal.
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