Guatemala es un país de
vocación agrícola, pero no estamos aprovechando las oportunidades y el gran
potencial que existe. En Guatemala no queremos quedarnos en una visión de
supervivencia.
Aunque nuestros agricultores
tengan poca tierra, se pueden tener oportunidades de crecimiento para las
familias rurales en las cadenas de valor agrícolas y de agro-industria. Se
puede acceder a una mejor calidad de vida insertándose en la cadena productiva.
Las cadenas de valor que
promovemos en áreas rurales no son solo cadenas agrícolas de exportación, son
iniciativas multi-sectores, de acceso a oportunidades para mejorar la calidad
de vida, acceso a conocimiento, acceso a autoestima, acceso a poder identificar
oportunidades de crecimiento. La producción agrícola, el turismo, artesanías,
tecnología, agro-industria, servicios comunitarios, manejados de forma
incluyente, sin discriminación, son oportunidades que necesita la gente. Cuando
se puede apoyar al hijo, al nieto, al sobrino, para que acceda a una beca, para
que acceda a un empleo, para que forma parte de una cadena productiva, de eso
se trata.
Eso es lo que todas las
familias rurales quieren, OPORTUNIDADES. Sin embargo, estamos en una emergencia
nacional que hay que dimensionar mejor porque tiene consecuencias graves para
el desarrollo del país. El Gobierno está ausente del desarrollo rural. Abordar
esta emergencia es una prioridad, pero estamos en graves problemas porque no
podemos ponernos de acuerdo. ¡El mal manejo del agua, del recurso hídrico, del
recurso forestal, de los suelos, de la infraestructura, de los desechos, de la
biodiversidad y del mar, son una bomba de tiempo que ya empieza a estallar!
Los indicadores de pobreza en
vez de mejorar se agravan. Cada quien tiene su receta, todos quieren brillar por
luz propia, todos quieren fabricar su isla y no hay forma de ponerse de acuerdo
en una sola agenda para el desarrollo rural. Todos critican a todos y la
situación empeora día a día. La Ley de Desarrollo Rural que se insiste que se
apruebe es una ley formulada en medio de una política clientelar, sin tomar en
cuenta el desarrollo económico, social y ambiental. Porque se quiere imponer
una ley de desarrollo que nos condena al fracaso, ya que no toma en cuenta
factores básicos de competitividad y acceso a mercados.
Con frecuencia escucho
críticas a los que promovemos cadenas de valor, es decir fortalecemos la
conexión entre los mercados con los productores y fortalecemos a todos los
actores de la cadena agrícola. ¡No faltan los que nos acusan de que estamos
acabando con la seguridad alimentaria, que ya nadie va a producir granos
básicos! ¡Todo lo contrario, para la agricultura de exportación la rotación de
cultivos, por ejemplo, con maíz y frijol es importantísima! La agricultura de
exportación es una de las que más incentiva la innovación, la gestión ambiental
y un desarrollo integral, las certificaciones que requieren los consumidores en
el mundo así lo exigen.
Queremos salirnos del modo
sobrevivencia, no todo es maíz y frijol. ¿Queremos condenar a las familias
rurales a la agricultura de subsistencia? Pues conocemos muy bien a miles de
familias en pobreza que además de sembrar los alimentos para su seguridad
alimentaria, han salido adelante diversificando su producción con cultivos de
exportación, con cultivos para mercados locales, para mercados nacionales,
todos son necesarios y se complementan, y la gente quiere más. Gente orgullosa
que ya está cansada de bolsitas y caridad.
¡No es aceptable que el
desarrollo rural de Guatemala priorice sólo a los programas asistencialistas, o
la entrega de alimentos, que solo con cultivos de seguridad alimentaria una
familia rural o un país como Guatemala sale adelante! La generación de una
oferta productiva diversa, que supla las diferentes demandas y oportunidades,
en una sociedad global, digital y cada vez más tecnificada es urgente en
Guatemala.
AGEXPORT a través de su
Plataforma Agrícola de acceso a mercados AGRITRADE cuenta con programas y
servicio de apoyo a los actores de la cadena de valor agrícola, por eso necesitamos
alianzas sólidas con el Gobierno para escalar y abrir más oportunidades de
generación de empleo e ingresos a las familias rurales y a la nueva
empresarialidad rural.
Se necesita de urgencia la
renovación técnica de las instituciones de gobierno para que respondan a las
necesidades actuales, Guatemala es uno de los países con menos capacidad
institucional en temas de fitosanidad, de infraestructura productiva, de
impulso a las cadenas de valor agrícolas y a la agroindustria, ganadería y
pesca, y con preocupación vemos como nuestros países vecinos claramente tienen
objetivos claros y nos llevan la delantera.
Para
Guatemala es prioritario que el Gobierno apoya la transformación productiva del
sector agrícola, apoyando las principales cadenas de valor agrícolas que mayor
empleo generen y contribuyan de mayor forma a disminuir la pobreza,
identificando los nuevos productos agrícolas para mejorar la economía de la
agricultura familiar y del país.
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